martes, 21 de junio de 2011

Uniforme reglamentario

Mujeres: pollera del instituto( largo mínimo 5 cm por encima de la rodilla) chomba reglamentaria, pulóver escote en “V”, campera azul sin escudos( las alumnas que ingresan al establecimiento en el ciclo 2011 usaran la nueva campera reglamentaria) medias azules y zapatos negros ( secundaria) medias blancas y zapatos marrones ( primaria y jardín).
Cabello ordenado, uñas cortadas y sin esmalte. No se puede usar maquillaje, colgantes, “piercing”, aros largos, tatuajes, ni tinturas llamativas

Hombres: pantalón gris, chomba reglamentaria, pulóver escote “V”, campera azul lisa sin escudos ( los alumnos que ingresan al establecimiento en el ciclo 2011 usaran la nueva campera reglamentaria) medias grises y zapatos negros (secundaria) zapatos marrones ( primaria y jardín)
Cabello corto ( no excederá el borde superior del cuello de la camisa y no tapara los ojos) no usaran barba ni bigotes. No se permitirá las tinturas ni los tatuajes, no traerán colgantes “piercing”

Uniforme de educación física: es el mismo tanto para mujeres como para hombres, equipo azul marino, chomba blanca reglamentaria, pulóver azul escote “V” o buzo reglamentario, medias blancas, zapatillas negras o blancas, no se permiten otras remeras, chombas o buzos distintos a los reglamentarios

Egresados...

Orientaciones y turnos.

El instituto brinda educación de nivel inicial, primario y secundario. Los dos primeros se dan tanto en turno mañana como en turno tarde. El último nivel tiene sólo turno mañana.
La secundaria tiene tres orientaciones que presentan las principales diferencias entre cuarto y quinto año.
Bachillerato con orientacion docente.
Bachillerato con orientación en letras.
Bachillerato contable impositivo.


CONSAGRACIÓN A LA DIVINA PASTORA

¡Oh Madre mía Pastora amabilísima!, yo hijo tuyo me ofrezco hoy a ti, y te consagro para siempre de todo lo que me resta de vida: mi cuerpo con todas sus miserias, mi alma con todas sus flaquezas, mi corazón con todos sus afectos y deseos; todas mi oraciones, trabajos, amores, sufrimientos y combates, en especial mi muerte con todo lo que le acompañe; mis últimos dolores y mi última agonía.
¡Madre mía dulcísima! Acuérdate de éste tu hijo y de la consagración que de sí mismo te hace.
Y si yo vencido por el desaliento y la tristeza, por la perturbación o el desvarío, llegara alguna vez a olvidarme de Ti…
¡Oh entonces! ... ¡Madre mía! te pido y te suplico por el amor que tienes a Jesús, por tus llagas y por su sangre, que me protejas como a hijo tuyo y no me abandones hasta que esté contigo en la Gloria.